Se
tiene noticia de que existieron y existen culturas en donde los ancianos son parte
activa de la sociedad y su cooperación juega un papel importante en la
construcción y toma decisiones en las distintas áreas que forman parte del
entramado social. Uno de estos casos al
cual nos queremos referir en esta oportunidad, lo constituye la antigua Esparta con su
creación de la Gerusía.
La
Gerusía forma parte de la obra del legislador espartano Licurgo, que vivió
aproximadamente en el siglo VIII A.C. Dicen los estudiosos del tema, que este
legislador supo relacionar, la realidad
que se vivía para entonces en Esparta, con un conjunto de tradiciones
ancestrales y la participación de la ekklesia o Asamblea del Pueblo, lo que dio
origen a un documento denominado Retra considerado como la Constitución de Esparta.
Es por ello, que la Retra es un producto social en donde el legislador tuvo una
participación especial.
En
esta Constitución o Retra, aparecen tres instituciones relacionadas entre sí: los
reyes, la gerusía y el pueblo.
¿Qué
era entonces la Gerusía? Era una especie de Tribunal Supremo constituida por veintiocho
gerontes y dos Reyes, es decir tenía un total de treinta personas. Los gerontes
tenían que reunir ciertas condiciones como la de ser mayor de 60 años, tener
una trayectoria militar, pertenecer a las grandes familias y poseer una gran
sensatez.
Los
gerontes tenían un carácter vitalicio; esto significaba que a la muerte de uno
de los miembros de la Gerusía, su lugar se llenaba por elección entre varios
candidatos. En esta elección participan además ciertas costumbres que tenían
sus raíces en instituciones tribales. Los gerontes claramente parecen haber sido
escogidos según el principio tribal.
Además
de sus funciones de Tribunal Superior, también realizaban funciones
administrativas de supervisión y en la redacción de los proyectos de ley.
La
Gerusía con su veintiocho gerontes mayores de sesenta años, da muestras
históricas de la participación de los adultos mayores en labores públicas.
Lamentablemente no se tiene conocimiento de mujeres en estas tareas que al parecer eran exclusivas para el sexo masculino y de los sectores más pudientes de aquella sociedad. Se trataba de una sociedad desigual, estratificada y con muchas exclusiones.
Dentro
de las lecciones que podemos extraer de la sociedad espartana y la gerusía para
nosotras y nosotros hoy en día, está,
entre otras, la valoración de la vida del anciano y su trayectoria. Igualmente
la decisión de los magistrados de poner práctica las leyes y ser ejemplo para
su sociedad.
Carol Lenderbor
Adulta Mayor de
nuestra Aldea y de la
Comunidad
Cristiana "Jesús el Buen Pastor"
San Antonio de
los Altos
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