martes, 26 de mayo de 2020

Matrimonio de Simón Bolívar

El día 26 de Mayo de 1802 el Libertador Simón Bolívar en la capital de España, Madrid contrae matrimonio con su quería novia María Teresa Rodríguez del Toro y Alayza. Simón Bolívar, el futuro padre de la Patria, contaba entonces con 19 años y su amada con 20 años.

   Después de dos años de noviazgo, en el mes de Abril,  Bolívar le propone matrimonio y luego de realizar todos los asuntos relacionados con el mismo, como son entre otros, la aprobación por parte del rey de este matrimonio, y las amonestaciones eclesiásticas, el 26 de Mayo de 1802 se celebra el matrimonio en Madrid, en la antigua Iglesia de San José.  Se debe tener presente que en esa época era costumbre la cancelación de sumas de dinero como parte de los bienes del matrimonio, que se denominaba dote.

  El 15 de junio de 1802 Bolívar con su esposa parten a Venezuela llegando el 12 de Julio a lo que es hoy el estado de la Guaira.

 Se trasladaron por un tiempo al pueblo de San Mateo, a la Casa Grande del Ingenio de San Mateo y debido a la enfermedad de María Teresa, la fiebre amarilla, se trasladan a Caracas donde fallece el 22 de Enero de 1803. El matrimonio de Simón y María Teresa, solo duró ocho meses.

Bolívar juro no volver a casarse en vista del gran amor que sentía por su esposa cuya promesa cumplió pues no se casó.

 Es de recordar que Bolívar le había dado un hermoso anillo de matrimonio el cual era de oro con diamante el cual se encuentra en la actualidad en un museo de la República de Colombia.

   HONRA A NUESTRO LIBERTADOR A QUIEN LA VIDA LE JUGÓ VARIAS ESCENAS DE INMENSO DOLOR PERO EL LAS SUPO ENFRENTAR Y UN DIA LO DIJO CON TODO EL SENTIDO DE SU ALMA:  “ SOY EL HOMBRE DE LAS DIFICULTADES”

    Profesor Jose Luis Díaz Dominguez

Adulto Mayor Integrante de la

Cátedra Moral y Luces,

Aldea de Encuentro y de la

Comunidad Cristiana Jesús el Buen Pastor

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domingo, 24 de mayo de 2020

Mensaje del Rev. Pastor Argenis León en el Día de la Ascensión

Argenis León, “Mensaje del Pastor Argenis León en el Día de la Ascensión”. San Antonio de los Altos, Estado Miranda, Entérate, Grupo de WhatsApp. 24 de Mayo 2020.

“Este día de la ascensión del Señor es una fecha importante para nuestra comunidad y para la cristiandad. Cómo entender este mensaje de  ascensión que como teofanía se complementa con acontecimientos que suceden en el Monte de la Tentación, la Transfiguración y la Montaña de la Ascensión en Galilea.

La gran enseñanza del Día de la Ascensión para la humanidad, es que hemos sido hechos para el cielo que no es un espacio físico sino un sentimiento de estar con el Creador y de comulgar con su proyecto de humanidad nueva. La ascensión que yo llamo “La Transcendencia”,  no se da en otro espacio geográfico sino en el histórico, el que nos ha tocado vivir mostrando en palabras y gestos que el Reino de Dios no es de este mundo, entendido mundo como este sistema de cosas que chocan contra los principios y valores que Dios desea para la humanidad y que Jesús su hijo, nuestro Hermano, viene a revelarnos.

Cómo interpretar el mensaje en medio de un acontecer histórico que requiere de  respuestas tan importantes como los acontecimientos que vivimos. Los poderes de este mundo, el sistema de cosas de pecado amenazan con la muerte  a pueblos enteros que se niegan a aceptar sumisos el señorío imperial. Es un sistema que amenaza la vida humana y las demás formas de vida planetaria. El mensaje del Creador de la Vida y de su Hijo que entregó su vida, es el deseo  que la humanidad tenga vida abundante, esa Vida resucitada que trasciende al sistema de pecado y al que somos invitados a ser voceros en la Nueva Teofanía de la Ascensión.  Nos dice el apóstol Mateo “no teman, todo poder me ha sido dado, vayan a todos los pueblos, sean mis discípulos, bautícenlos enseñándoles a cumplir yo estoy con ustedes todos los días”.

Se nos da este mensaje evangélico en medio de la situación actual que vivimos en Venezuela, en medio de un bloqueo, con una amenaza similar a la vivida por Cuba en los años 60 del siglo pasado que puso al mundo al borde de una conflagración mundial. Hoy nuevamente un pequeño país como el nuestro es amenazado porque no se ha arrodillado y adorado en el altar del capital, entregado su ofrenda de productos naturales que le garanticen la vida de sumisión que es la muerte.

La solidaridad de un país también amenazado, Irán, y de muchos pueblos del mundo nos conmueven, han dado un ejemplo de que este proyecto del mundo vigente tiene que ser superado. El Señor hoy nos invita a trascender este reino de muerte y nos muestra un camino más excelente: el amor, la solidaridad, la fe, el servicio al otro. Si se puede vivir de otra manera. Otro mundo es posible y en este desafío  histórico no estamos solos. El Señor en su Teofanía de la Ascensión nos dice  que todo poder le ha sido dado, que en su nombre, como sus voceros debemos ser portavoces de ese proyecto de vida resucitada, ascendida, enriquecida y querida por el Padre Creador.

Hasta aquí mi mensaje y un abrazo a cada uno de los hermanos de la Comunidad Cristiana Jesús el Buen Pastor. Bendiciones a todas y a todos y a todas las familias en este día. Amén”  


lunes, 18 de mayo de 2020

¿Qué visión del mundo y qué valores incluir?

Saber, y tener conocimiento de los datos de la realidad, no es todavía hacer. ¿Qué nos impulsa a actuar? ¿Qué visión del mundo y qué valores deberíamos incluir? Nos orienta un texto importante de la parte final de la Carta de la Tierra, en cuya redacción también participé.

        Como nunca antes en la historia, el destino común nos llama a buscar un nuevo comienzo. Esto requiere un cambio de mentalidad y de corazón. Exige un nuevo sentido de interdependencia global y de responsabilidad universal. Debemos desarrollar y aplicar con imaginación la visión de un modo de vida sostenible a nivel local, nacional, regional y mundial (El camino por delante).

        Observemos que no se trata sólo de mejorar el camino andado. Este nos llevará a las crisis cíclicas que ya conocemos, y eventualmente al desastre. Se trata de “buscar un nuevo comienzo”. Se nos reta a reconstruir la “Tierra, nuestro hogar, que está viva, como una Comunidad de Vida única” (CT, Preámbulo a). Sería engañoso cubrir las heridas de la Tierra con venditas, pensando que podemos curarla. Tenemos que revitalizarla y rehacerla para que sea la Casa Común.

        “Esto requiere un cambio de mente”. Cambio de mente significa nueva mirada sobre la Tierra, tal como la nueva cosmología y biología la presentan. La Tierra es un momento del proceso evolutivo que tiene ya 13.700 millones de años, y la Tierra 4.300 millones de años. Después del big bang, todos los elementos físico-químicos se forjaron durante más de tres mil millones de años en el corazón de las grandes estrellas rojas. Al explotar, lanzaron en todas las direcciones estos elementos que formaron la galaxia, las estrellas como el Sol, los planetas y la Tierra.

        Está viva, con una vida que irrumpió hace 3.800 millones de año. Un superorganismo sistémico que se autoorganiza y se autocrea continuamente. En un momento avanzado de su complejidad, hace unos 8-10 millones de años, una parte de ella comenzó a sentir, pensar, amar y adorar. Surgió el ser humano, hombre y mujer. Es la Tierra misma, consciente e inteligente ahora, por eso se llama homo, hecho de humus.

        Esta cosmovisión cambia nuestra concepción de la Tierra. La ONU, el 22 de abril de 2009, la reconoció oficialmente como la Madre Tierra porque genera y nos da todo. Por eso la Carta de la Tierra dice: “Respetar la Tierra y la vida en toda su diversidad y cuidar de la comunidad de la vida con comprensión, compasión y amor" (CT 1 y 2). La Tierra como suelo la podemos comprar y vender. A la Madre, sin embargo, no la compramos ni vendemos; la amamos y la veneramos. Tales actitudes deben ser transferidas a la Tierra, nuestra Madre. Esta es la nueva mente que tenemos que hacer nuestra.

        “Requiere un cambio de corazón”. El corazón es la dimensión del sentimiento profundo, de la sensibilidad, el amor, la compasión y los valores que guían nuestra vida. Especialmente en el corazón se encuentra el cuidado, que es una forma amistosa y afectuosa de relacionarse con la naturaleza y sus seres. Tiene que ver con la razón sensible o cordial, con el cerebro límbico, que surgió hace 220 millones de años cuando los mamíferos irrumpieron en la evolución. Todos ellos, como el ser humano, tienen sentimientos, amor y cuidado a sus crías. Eso es el pathos, la capacidad de afectar y ser afectado, la dimensión más profunda del ser humano.

        La razón (el logos), la mente a la cual nos hemos referido anteriormente, apareció hace sólo 8-10 millones de años con el cerebro neocortical y en la forma avanzada como homo sapiens (el hombre actual) hace unos cien mil años. Éste, en la modernidad, se ha expandido exponencialmente, dominando nuestras sociedades y creando la tecnociencia, los grandes instrumentos de dominación y transformación de la faz de la Tierra, creando inclusive una máquina de muerte, con armas nucleares, y otras, que pueden acabar con la vida humana y la de la naturaleza.

        La inflación de la razón, el racionalismo, ha creado una especie de lobotomía: el ser humano tiene dificultad para sentir al otro y su sufrimiento. Necesitamos completar la inteligencia racional, necesaria para resolver las necesidades de supervivencia de nuestra vida, pero hay que completarla con inteligencia emocional y sensible para que seamos más completos y asumamos con pasión la defensa de la Tierra y de la Vida.

        Necesitamos el corazón, para que nos lleve a escuchar tanto el grito de la Tierra como el grito del pobre, y a forjar, como dice el Primer Ministro chino Xi Jinping: “una sociedad moderadamente abastecida”, o como decimos nosotros: una sociedad con un consumo sobrio, frugal y solidario.      

 

Fuente:

Página de Leonardo Boff

lunes, 23 de marzo de 2020

El desastre perfecto para el capitalismo de desastre



 La pandemia actual de coronavirus representa una oportunidad única para repensar la forma en que habitamos la Casa Común, la forma en que producimos, consumimos y nos relacionamos con la naturaleza. Ha llegado el momento de cuestionar las virtudes del orden del capital: acumulación ilimitada, competencia, individualismo, indiferencia ante la miseria de millones, la reducción del Estado y la exaltación del lema de Wallstreet: "la codicia es buena" (greed is good). Todo esto ahora está en jaque. Tiene los días contados.
Lo que puede salvarnos ahora no son las empresas privadas, sino el Estado, con sus políticas generales de salud, siempre atacadas por el sistema de "mercado libre" y serán las virtudes del nuevo paradigma –defendido por muchos, y por mí–, del cuidado, de la atención, de la solidaridad social, la corresponsabilidad y la compasión.
El primero en ver la urgencia de este cambio fue el presidente francés, neoliberal y del mundo financiero, Emmanuel Macron. Habló claramente: “Queridos compatriotas, necesitamos sacar lecciones del momento en que estamos pasando, cuestionar el modelo de desarrollo que nuestro mundo eligió hace décadas, que muestra sus fallas a la luz del día, y cuestionar las debilidades de nuestras democracias. Lo que revela esta pandemia es que la salud gratuita sin condiciones de ingresos, historial personal o profesión, y nuestro Estado de Bienestar Social, no son costos, ni cargas, sino bienes preciosos, ventajas indispensables cuando el destino llama a la puerta. Lo que revela esta pandemia es que hay bienes y servicios que deben estar fuera de las leyes del mercado”.
Aquí muestra su plena conciencia de que una economía de mercado, que todo lo comercializa, y su expresión política, el neoliberalismo, son perjudiciales para la sociedad y para el futuro de la vida.
Aún más sorprendente fue la periodista Naomi Klein, una de las críticas más perspicaces del sistema mundial, y que sirvió como título de mi artículo: "El coronavirus es el desastre perfecto para el capitalismo de desastre". Esta pandemia produjo el colapso del mercado de valores (intercambios), el corazón de este sistema especulativo, individualista y anti-vida, como lo llama el Papa Francisco. Este sistema viola la ley más universal del cosmos, de la naturaleza y el ser humano: la interdependencia de todos con todos; que no hay ser, mucho menos nosotros los humanos, como una isla desconectada de todo lo demás. Además, no reconoce que somos parte de la naturaleza y que la Tierra no nos pertenece para explotarla a voluntad, sino que pertenecemos a la Tierra. En opinión de los mejores cosmólogos y astronautas, que ven la unidad de la Tierra y la Humanidad, somos esa parte de la Tierra que siente, piensa, ama, cuida y adora. Sobreexplotando la naturaleza y la Tierra, como lo estamos haciendo en todo el mundo, nos estamos dañando, y nos estamos exponiendo a sus reacciones, incluso a los castigos que nos impone. Es una madre generosa, pero puede enfadarse y enviarnos un virus devastador.
Apoyo la tesis de que esta pandemia no puede combatirse sólo por medios económicos y sanitarios –que siempre serán indispensables–. Lo que nos exige es cambiar el tipo de reacción que tenemos con la naturaleza y la Tierra. Si, después de que la crisis ha pasado y no hacemos los cambios necesarios, la próxima vez, puede ser que sea la última, ya que nos convertimos en enemigos de la Tierra, y puede que ya no nos quiera aquí.
El informe del profesor Neil Ferguson en el Imperial College de Londres declaró: "este es el virus más peligroso desde la gripe H1N1 de 1918. Si no hay una respuesta inmediata, habría 2’2 millones de muertos en Estados Unidos y 510.000 en Reino Unido". Esta declaración fue suficiente para que Trump y Johnson cambiaran de posición de inmediato, comprometiendo tardíamente grandes sumas para fortalecer a la población. Mientras, en Brasil, al Presidente no le importa, trata el asunto como una "histeria" colectiva, y en palabras de un periodista alemán de la Deutsche Welle: "Actúa criminalmente. Brasil está dirigido por un psicópata, y el país haría bien en deponerlo tan pronto como sea posible. Habría muchas razones para ello”. Esto es lo que el Parlamento y el STF, por amor a la población, deberían hacer sin demora.
La hiper-información y las apelaciones en los medios no son suficientes. Eso no nos mueve a cambiar el comportamiento requerido. Tenemos que despertar nuestra razón sensible y cordial. Superar la indiferencia y sentir el dolor de los demás con el corazón. Nadie es inmune al virus. Ricos y pobres, tenemos que mostrar solidaridad entre nosotros, cuidarnos personalmente y cuidar a los demás, y asumir la responsabilidad colectiva. No hay puerto de salvación. O nos sentimos humanos, co-iguales, en la misma Casa Común, o nos hundiremos todos.
Las mujeres, como nunca antes en la historia, tienen una misión especial: ellas saben sobre la vida y los cuidados necesarios; pueden ayudarnos a despertar nuestra sensibilidad, hacia los demás y hacia nosotros mismos. Ellas, junto con los operadores de salud (personal médico y de enfermería) merecen nuestro apoyo sin restricciones. Cuidar a quien nos cuida, para minimizar los males de este terrible asalto a la vida humana.            
Fuente; Página de Boff

martes, 10 de marzo de 2020

ISIDORO El ÚLTIMO COCHERO

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El dos de enero de 1880, en la casa número 2, entre las esquinas de Teñidero y Chimborazo en la parroquia La Candelaria, nació Macario Isidoro Cabrera González, siempre fue conocido como ISIDORO.

Su primer nombre fue poco conocido, su padre fue Victorino Cabrera era de origen canario.  
Desde adolescente heredó el oficio de su padre, montado en su carruaje tirados por caballos, aunque en fue en 1911 cuando obtuvo la licencia oficial.

La elegancia de Isidoro y su Coche

Isidoro Cabrera, era un hombre elegante, ligeramente gordo de buen  vestir y mejor trato, supo codearse con lo mejor de la época, fue testigo de muchos amores y galanteos, guardo grandes secretos, en los paseos que a cualquier hora de la madrugada hacín por las calles de aquella ciudad de los techos rojos, fría, bañada por la brisa que bajaba del Ávila.
Él y Billo simpatizaron desde el primer día, nació una amistad que les duro hasta la muerte.

En las décadas de los años 40 y 50, llevaba y esperaba a Billo en todas las presentaciones y fiestas que tenia, disfrutaban el paseo con guitarras y amores.

Fue testigo mudo de los amores y conquistas de los patiquines y pájaro bravo de ese entonces, pero su hermano del alma fue el músico.

Comenta el Cronista Román Martínez Galindo, que Billo le relató cómo fue el primer encuentro con Isidoro y su coche. Corría el año 1938, la orquesta que amenizaba a Caracas se llamaba la Billo’s Happy Boys”, la fiesta más importante de la época se hizo en el “Club Paraíso”, asistió como invitado de honor el general Eleazar López Contreras, presidente de la República.

Billo, un joven inquieto y enamoradizo de 22 años, cuenta que a la medianoche llegó a la mansión “en su regio y señorial coche refulgente de rojo, con lujosos asientos tapizados en cuero negro, tirado por un enjaezado muy bien cuidado caballo alazano engalanado con gríngolas bordadas de azules arabescos andaluces y el cochero conductor de aquel carruaje que parecía salido de una novela de Alejandro Dumas, el famoso cochero Isidoro”.

 Luis María Frómeta Pereira (conocido como Billo Frómeta), inmortalizó a Isidoro Cabrera, lo conoció cuando tenía 22 años en 1938, desde esa noche el cochero lo acompañó hasta el final de sus días.

En diciembre de 1963, Caracas perdió a uno de sus iconos, Billo sintió la despedida del amigo, llego a exclamar “porque te vas, sin esperar el Cuatricentenario de Caracas”.

Su saludo siempre fue ¡Epa Isidoro!, le compuso una canción para que no pasara al olvido y lo inmortalizo.

Billo Compositor

Pero en 1970, en una fiesta se paró ante el micrófono y cantó, le salió del alma “Epa Isidoro”, no estaba en la programación, todos los músicos quedaron asombrados, le hicieron el coro, todos pararon de bailar y empezaron a cantar y aplaudir, el éxito fue total, parecía que el espíritu del cochero se había posesionado del músico.

Desde ese día en todas sus presentaciones y bailes era y es hoy, una canción obligada en el repertorio.

( Epa Isidoro, buena broma que me echaste// El día que te marchaste sin acordarte de mi serenata// Epa Isidoro, cuando vuelvas por Caracas// Explícale a las muchachas que te fuiste lejos sin decir adiós ) ...

El caballero andante era pulcro en el vestir y sus modales “vestía de rigurosa etiqueta, tocado por un sombrero a lo gentleman londinense, anudaba corbata y hacía gala de camisa sport fix  a la última moda,  de flux negro con finas rayas longitudinales todo confeccionado en legitimo casimir inglés, y cortado por el sastre Chacho, los zapatos negros de patente reflejaban la luz como límpidos espejos y sobre ellos ostentaba polainas como si fuera un lord que estuviera de visita en el Paris de la bella época”.
Evidentemente siempre fue un hombre importante que causaba respeto y confianza.

Entre las esquinas de San Francisco y Monjas

Así como hoy vemos las paradas de taxis, Isidoro también tenía sus paradas, la más usual, estaba ubicada entre las esquinas de San Francisco y Monjas, en la calle lateral de la Asamblea Nacional.

Si no lo encontraban allí, lo buscaban por Capitolio, el bulevar del Panteón o la plaza Altagracia. Isidoro Cabrera era el único en su oficio que era conocido y lo llamaban por su nombre y apellido, porque los otros colegas cocheros eran conocidos y los llamaban por sus sobrenombres o apodos, Rabanito, Masca vidrio, Morrongo, el Elegante, padre Eterno, otros.
También tenían sus carruajes en las esquinas del centro de Caracas.

 A finales del siglo XIX, las calles de la ciudad eran de tierras, no había llegado el cemento o pavimento, salvo las calles principales que eran empedradas, esa fue la ciudad donde comenzó sus inicios el joven Isidoro.

El transporte para las mercancías y las personas se hacía con bestias, esa era la tracción, animal. Habían arrieros de burros y mulas, carruajes sencillos, de cuatro ruedas lujosos y techados, las frutas y los productos agrícolas los traían desde Petare, Chacaíto y Chapellín pasando por el pueblo de Sabana Grande hacia el centro de Caracas.

El Cochero querido por todos

En 1889, el General Ignacio Andrade era el presidente de la República, Isidoro lo condujo en su carruaje hasta la casa de Gobierno, en el trayecto el presidente lo conoció mejor y le ofreció ayudarlo, cuando descendió del coche le dijo: “Vuelva mañana que le voy a hacer un regalo”. El presidente le cumplió, le obsequio un coche nuevo un “Victoria” ingles.

El Cronista Lucas Manzano cuenta que Isidoro, mantuvo una gran amistad con don Julián Sabal, una estrella de la sociedad caraqueña, cliente del prestigioso Club Venezuela.

El cochero lo buscaba a su casa o al trabajo y lo trasladaba al club, lo esperaba hasta que saliera igual hacia con Billo. Dice el Cronista que “Días antes de postrarse en el lecho, Don Julián Sabal, sin que Isidoro lo sospechara escribió de su puño un párrafo en el cual le dejaba su ropa, zapatos, y unos cuantos bolívares para que reformara su coche y renovara los caballos.

Isidoro Cabrera, el fiel y honesto cochero trajeado todo de negro y con los caballos enlutados, acompaño al cortejo fúnebre durante todo el trayecto”. Era cumplidor con sus amigos.

Fuente: Marjorie de Freitas
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