Así consideraba Mauro González, mejor
conocido como “Mauro de Catia” estos tiempos que estamos viviendo en la actualidad.
Lo decía por muchas situaciones, una de ellas la constituía la apreciación que
se tiene hoy en día hacia las adultas y adultos mayores en comparación con la
cuarta república: “en el pasado, nos consideraban chatarra humana; nos veían
como algo no productivo, hoy en día es diferente, porque se maneja el
conocimiento y las experiencias. Nosotros somos pasado, presente y futuro
inmediato” repetía tanto en sus entrevistas como en sus programas de radio en
YVKE-Mundial y Radio Nacional de Venezuela.
Mauro de Catia, adulto mayor que dejó este
escenario para encontrarse con su amigo Chávez, el 23 de agosto de 2013, deja
un legado y ejemplo de vida para las generaciones del presente y del futuro.
Por muchos años luchó a favor de las adultas y adultos mayores, así como por las
personas con algunas discapacidades. Uno de sus aportes es el ser constructor, junto
a Hugo Chávez de la Misión Amor Mayor. En el 2011 en conversación telefónica
con el presidente Hugo Chávez, le plantea la necesidad de otorgar la pensión de
vejez a aquellas personas que habían cotizado parcialmente al Instituto
Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS).
Gracias a esta propuesta, para el día de
hoy hay más de cuatro millones de personas beneficiadas por esta hermosa misión
Amor Mayor. Y se incluyen en esta lista tanto a aquellas personas que no
realizaron todos los aportes como dicta la ley, como a aquellas que no tienen
ninguna cotización, como es el caso de las amas de casa. Las
mujeres que dedicaron sus vidas para construir una familia, labor calificada
por la oficialidad capitalista como “trabajo no productivo”, pues no producían
dinero como tampoco su esfuerzo podía enviarse a los bancos para que se acumulara,
en nuestra revolución bolivariana, el trabajo del hogar, es considerado productivo y deben las amas de casas disfrutar
en su adultez de ingresos que le permitan vivir dignamente sin importar su
color, su posición económica, como tampoco su postura ideológica.
“Mis saludos y respeto a todos los que
piensan como yo, a los que piensan diferente y a los que no piensan que cada
día son menos”, así iniciaba Mauro sus programas en la radio, dirigido a todas
y todos, sin importar su ideología, recibían de él sus indicaciones para que pudieran
obtener el beneficio de la pensión que es otorgada sin importar si es o no
bolivariano. Este es el espíritu que anima nuestra revolución, a pesar de lo
que dicen los medios de comunicación internacionales y nacionales. En la República
Bolivariana de Venezuela se beneficia a todas las personas sean de la tendencia
política que sean, de la nacionalidad que tengan, del color de su piel. Porque
así como Mauro, se pretende que la persona crezca, se eduque y tenga
conciencia.
Por eso queremos acompañar esta petición de
Mauro: la construcción de un “Banco del Conocimiento, Teórico, Practico y
Científico del Adulto Mayor, ya que hay muchos valores que después que la
persona se muere se entierran con ellos, es inhumano y muy egoísta para no
dejárselo a la sociedad”. Sería una contribución a la construcción de nuestra
historia colectiva como pueblo socialista, que tiene como pasión al ser humano, que no se rinde ante el asedio descarado, inhumano que el imperio estadounidense, profundamente protestante, está realizando contra el pueblo venezolano por tener un proyecto de vida desaprobado por la dirigencia de EE UU y sus aliados.
Como Mauro de Catia, quien no ocultó ni se avergozó del sitio de donde venía, pues llevó su Catia como bandera, como parte de su identidad, que la valentía de ser venezolanas y venezolanos siga siendo nuestra meta en la construcción de una Patria libre, soberana, alerta ante cualquier intento de recoloniaje
Como Mauro de Catia, quien no ocultó ni se avergozó del sitio de donde venía, pues llevó su Catia como bandera, como parte de su identidad, que la valentía de ser venezolanas y venezolanos siga siendo nuestra meta en la construcción de una Patria libre, soberana, alerta ante cualquier intento de recoloniaje
Carol Lenderbor
Vidal
Adulta Mayor