Desde nuestro corazón te invitamos a reflexionar junto a nosotras y nosotros, esta bella, necesaria y muy oportuna reflexión de nuestro americano Pablo Neruda. Aunque su título "Oda al hombre sencillo", estamos seguras y seguros, que convoca a la mujer sencilla. No existen razones para sentirnos excluidas de su poesía. Algunos y algunas estudiosas de su obra afirman que Neruda animó a las mujeres a organizarse sobre toda a aquellas que limpiaban, atendían niños y niñas y lavaban la ropa. Neruda feminista, es un tema para otro artículo.
Oda al hombre sencillo
Voy a contarte
en secreto
quién soy yo,
así, en voz
alta,
me dirás quién
eres
(quiero saber
quién eres)
cuánto ganas, en
qué taller trabajas,
en qué mina,
en qué farmacia,
tengo una
obligación
terrible
y es saberlo,
saberlo todo:
día y noche
saber cómo te llamas,
ése es mi
oficio,
conocer una vida
no es bastante
ni conocer
todas las vidas
es necesario,
verás,
hay que
desentrañar,
rascar a fondo
y como en una
tela
las líneas
ocultaron,
con el color, la
trama
del tejido,
yo borro los
colores
y busco hasta
encontrar
el tejido
profundo,
así también
encuentro
la unidad de los
hombres,
y en el pan
busco
más allá de la
forma.
Me gusta el pan,
lo muerdo,
y entonces
veo el trigo,
los trigales
tempranos,
la verde forma
de la primavera,
las raíces, el
agua,
por eso
más allá del
pan,
veo la tierra,
la unidad de la
tierra,
el agua,
el hombre,
y así todo lo
pruebo
buscándote
en todo,
ando, nado,
navego,
hasta
encontrarte,
y entonces te
pregunto
cómo te llamas,
calle y número,
para que tú recibas
mis cartas,
para que yo te
diga
quién soy y
cuánto gano,
dónde vivo,
y cómo era mi
padre.
Ves tú qué
simple soy,
qué simple eres,
no se trata
de nada
complicado.
Yo trabajo
contigo,
tú vives, vas y
vienes
de un lado a
otro,
es muy sencillo,
eres la vida,
eres tan
transparente
como el agua,
y así soy yo,
mi obligación es
ésa:
ser
transparente,
cada día
me educo,
cada día me
peino
pensando como
piensas,
y ando
como tú andas,
como, como tú
comes,
tengo en mis
brazos
a mi amor
como a tu novia
tú,
y entonces
cuando esto
está probado,
cuando somos
iguales,
escribo,
escribo con tu
vida
y con la mía,
con tu amor y
los míos,
con todos tus
dolores
y entonces
ya somos
diferentes
porque, mi mano
en tu hombro,
como viejos
amigos
te digo en las
orejas:
no sufras,
ya llega el día,
ven, ven
conmigo,
ven con todos
los que a ti se
parecen,
los más
sencillos.
Ven, no sufras,
ven conmigo,
porque aunque
no lo sepas,
eso yo sí lo sé:
yo sé hacia
dónde vamos,
y es ésta la
palabra:
no sufras
porque
ganaremos,
ganaremos
nosotros,
los más
sencillos
ganaremos,
aunque tú no lo
creas,
ganaremos.
Pablo Neruda
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