jueves, 18 de mayo de 2017

CRISTIANOS Y CRISTIANAS POR LA PAZ Y LA CONSTITUYENTE DECLARAMOS A VENEZUELA TERRITORIO DE PAZ CON JUSTICIA

Bienaventurados los pacificadores, porque
ellos [y ellas] serán llamados hijos [e hijas]  de Dios” -Mateo 5: 9-10
 

Nosotros y nosotras, pastores, pastoras, obispos, obispas, líderes y lideresas cristianas, alarmados por la criminal espiral de violencia que se ha desatado en nuestro país en las últimas semanas, alentada por la injuriosa escalada injerencista e intervencionista de algunos gobiernos de la Región, y de medios de comunicación al servicio de  las grandes corporaciones mediáticas, todo tendente a crear un clima de malestar, desestabilización y desaliento en nuestro pueblo, que dé al traste con el proceso  democrático y pacífico que ha escogido la mayoría del pueblo venezolano en elecciones libres y soberanas; en nombre de las organizaciones fundamentadas en la fe que representamos, hemos acordado hacer público las siguientes declaraciones:
1.      Testificamos la dimensión espiritual presente en el actual proceso político y social que vive nuestro pueblo, ya que se fundamenta en los valores del amor, la esperanza, la solidaridad y el compromiso con los más pobres, como lo hizo Jesús de Nazaret al inaugurar su ministerio mesiánico. (Luc. 4: 17-19) 
2.      Declaramos que al asumir nuestra condición de hijos de Dios y disponernos a construir una sociedad sobre los valores del amor, los pueblos somos capaces de los mayores milagros y de vencer todos los miedos. Como lo afirma el apóstol Juan:  En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor…” (1 Juan 4: 18)
3.      Rechazamos la utilización de la amenaza, el miedo, el acaparamiento de los alimentos, el contrabando de extracción y el ataque a nuestra moneda como forma de lucha política, porque esto tiende a sumir a  nuestro pueblo en la desesperanza y atenta contra la paz y la prosperidad a la que todos tenemos derecho. Recordemos las palabras de Nuestro Señor Jesucristo quien afirmó: “El ladrón no viene sino para hurtar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia  (Juan 10:10)
4.      Valoramos las medidas tomadas por el gobierno nacional para abatir la crisis económica mediante el incentivo a la productividad a fin de superar el modelo rentista con el apoyo del empresariado socialmente responsable, pero consideramos que estas medidas de mediano y largo plazo deben ser acompañadas por acciones de urgencia destinadas a combatir la corrupción y derrotar la guerra económica.
5.      Como hombres y mujeres constructores de paz, nos mostramos contrarios y contrarias a toda acción vandálica destinada a atentar contra el sagrado derecho a la vida, así como a la destrucción de bienes y servicios que nos pertenecen a todos y todas.  Por tanto, rechazamos la criminal espiral de violencia que en las últimas semanas han desatado elementos atizados por el odio y el fanatismo político contra nuestro pueblo y nuestras instituciones, y nos unimos en oración y solidaridad con las familias venezolanas enlutadas por estos lamentables hechos.
6.      Saludamos como muy positivo para la paz y la reconciliación del país, la iniciativa del Presidente de la República de convocar a una Asamblea Nacional Constituyente de acuerdo al artículo 347 y 348 de la actual constitución, orientada a consolidar la paz y proteger los logros alcanzados por el pueblo. Consideramos que el proceso constituyente es un espacio válido para retomar el diálogo necesario, y en ese sentido, hacemos un llamado a todos los sectores sociales de nuestro país a participar con entusiasmo en este proceso, con la finalidad de abatir definitivamente la pobreza, el sectarismo político y religioso, la corrupción y la agresión nuestro ambiente.
7.      En esta hora tan delicada para la patria, que nos pertenece a todos y a todas, hacemos un llamado a todas las comunidades cristianas, y a todas las expresiones religiosas  en general a la oración por nuestro país, así como a redoblar los esfuerzos orientados a una acción pastoral entre el pueblo, que levante la esperanza popular, hoy injustamente golpeado por una crisis económica inducida por los enemigos de la paz;  así mismo, animamos al liderazgo cristiano y, sobre todo,  a los millones de feligreses que se congregan en nuestras  iglesias, a lo largo y ancho de nuestro país,  a trasformar a cada templo, cada centro religioso, en un espacio para fomentar la paz y la vida, atendiendo a las Palabras del Maestro de Nazaret: Bienaventurados los pacificadores porque ellos serán llamados hijos de Dios”
8.      Rechazamos, la utilización de menores de edad en las manifestaciones políticas y exhortamos a la familia venezolana, así como a las autoridades competentes,  a evitar que nuestros niños, niñas y adolescentes sean víctimas de la violencia desatada. Llamamos a todas las iglesias y sectores religiosos en general a trabajar en la creación de una Red Nacional e Internacional de Organizaciones Fundamentadas en la fe, comprometidas con la paz de Venezuela, sirviéndonos del tejido de relaciones que mantenemos con diversos movimientos religiosos en nuestro país y en todo el mundo.

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