La imagen que nos
acompaña en esta ocasión pertenece a Ernesto Guevera. Es una foto que fue tomada
por el fotógrafo cubano Alberto Díaz Gutiérrez, mejor conocido como Alberto
Korda, el 5 de marzo de 1960, cuando Guevara tenía 31 años, y se encontraba en el
entierro por las víctimas de la explosión de La Coubre[1].
Esta foto fue publicada siete años después, es decir después del asesinato del
Comandante Che Guevara. Mirar esta fotografía sin aproximarnos al significado
de la vida de este hombre, constituye un acto inanimado que no representa
importancia para el aporte en la construcción de la vida.
Ernesto Guevara nace
hace ochenta y siete años, el 14 de mayo de 1928 en la Ciudad del Rosario en
Argentina. Constituye uno de los ideólogos y líderes de la Revolución Cubana
que desempeñó un papel importante en la organización del Estado cubano,
institución fundamental para la gestación y nacimiento del régimen político que
impera hoy en Cuba. Desde el inicio de
su participación en 1953 hasta su retiro voluntario en la Revolución Cubana en
1959, ejerció cargos importantes en el área económica como director
del Instituto de Reforma Agraria, presidente del Banco Nacional y Ministro de
Industria, y también estuvo como responsable en varias misiones
internacionales.
En su país natal fue un
hombre comprometido con la causa de las excluidas y los excluidos, y por ello
militó en la izquierda. Sus estudios en medicina lo llevaron a compenetrarse
más con esta causa y por tal motivo viaja por varios países de Latinoamérica,
entre ellos Venezuela. En uno de sus viajes conoció a los hermanos Castro y
desde entonces se unió a la lucha por realizar un mundo mejor en donde quepamos
todas y todos, un mundo en donde las desigualdades sean cada vez menores hasta
su desaparición. En su afán por extender y comprometer a los pueblos en esta
lucha, se traslada a Bolivia en donde fue capturado por el Ejército boliviano y
ejecutado de manera sumaria obedeciendo órdenes de la CIA, el 9 de octubre de
1967.
[1]
El vapor La Coubre fue un buque de origen francés que fue objeto de sabotaje en
el puerto de La Habana el 4 de marzo de 1960 cuando transportaba armas y
municiones. Hubo dos explosiones que produjeron cerca de un centenar de muertos
y doscientos heridos. Las autoridades cubanas lo denunciaron como un acto
terrorista de la CIA llevada hasta sus últimas consecuencias en contra del
gobierno de Fidel Castro.
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