III-. La resistencia Indígena/ una visión
crítica
Dentro de este contexto, existen a su vez
investigadores y pensadores con una posición crítica de la historia
contrapuesta a los intereses de las élites en el poder. En tal sentido, hay
estudios que demuestran que no hubo docilidad por parte de nuestros ancestros.
La lucha de los indígenas cubrió todas las formas de resistencia. Se desarrolló
en forma pacífica y en forma de guerra. En tiempos de paz, se expresó mediante
conductas pasivas, que en muchos casos formaban parte de la táctica de combate;
y en condiciones de guerra, la resistencia adquirió ribetes de máxima expresión
a través de planes de combate. Entre uno y otro plano mediaron diferentes
formas de lucha que hablan de la multiplicidad de las formas de resistencia nativa.
Luis Beltrán Acosta en su obra La Verdadera
Resistencia Indígena contra la Corona afirma que "los pueblos
indígenas…desarrollaron el espionaje y contraespionaje como tácticas ofensivas
y defensivas, en su lucha contra los españoles. Formaron verdaderas redes o
correajes informativos para el trabajo de inteligencia y contrainteligencia,
que les permitía tener conocimiento sobre los pasos que iban dando los
españoles. (Beltrán Luis; 2009, p.179.
Para este mismo autor los indígenas eran
diestros en todas las áreas de la guerra. Abrían sus operaciones con el objeto
de impactar y desmoralizar a los europeos. Eran comandos ofensivos de acción
rápida, y siempre operaban de forma sorpresiva, para distraer ó preparar
trampas, emboscadas o el cerco contra las fuerzas invasoras…Su entrenamiento
implicaba, la utilización de las más rigurosas pruebas físicas frente al dolor
y abnegación a la causa colectiva de nuestros pueblos ancestrales. (Beltrán,
Luis; 2009, p.189)
Continúa afirmando el investigador Beltrán
Acosta que "La historia de las enseñanzas de la lucha militar indígena,
señala que la guerra de guerrillas fue la forma de lucha militar más utilizada
por los llamados indios de guerra. (Ibiden, p.193)
Otros investigadores de la corriente
histórica crítica como Guillermo J. Colmenares Rueda, en su obra Las Sociedades
Tribales Caribes de Caracas: su cultura ancestral asienta que "las
sociedades tribales ancestrales de la región, eran agrupaciones guerreras…que
en aspectos de combate, se impartía a los miembros de la comunidad desde la
niñez; y la fortaleza y resistencia que estos pueblos presentaron, ante la
invasión española del siglo XVI." (Colmenares, G; 2008, P. 280)
Los antropólogos Mario Sanoja e Iraida
Vargas destacan que "el armamento de los guerreros caribes consistía
principalmente de arcos, flechas, guaykas o lanzas macanas y hachas de piedra
pulida. La imagen transmitida por la historia tradicional ha mostrado a dichas
armas como instrumentos atrasados e ineficientes, pero en realidad eran tácticamente
superiores a los de los europeos. Los indígenas utilizaban potentes arcos
manufacturados con maderas duras y flexibles como la macanilla, cuya longitud
era de aproximadamente dos metros. Las puntas de flechas empleadas en la guerra
eran generalmente también de madera de macanilla o de hueso, incluyendo algunas
armadas con agijones de raya, las que producían heridas muy dolorosas. (Sanoja,
Mario; 2008; p.28, 29)
El espíritu indoblegable de los indígenas
se puede evidenciar en la afirmación realizada por el historiador Federico
Brito Figueroa, en su libro Historia Económica y Social de Venezuela Tomo IV
P.1063, cuando afirma lo siguiente" La violencia es una realidad concreta
no sólo al observar la captura legal e ilegal de los indios, en las expediciones,
depredatorias contra sus aldeas y en el propio sistema de explotación
esclavista, sino también al constatar las acciones de protesta de los
explotados contra los explotadores, manifestadas a través de la oposición
armada, la destrucción de las edificaciones construidas por los conquistadores,
asaltos a los conventos e iglesias, organización de rebeliones indígenas…"
IV-. La Lucha Armada en Venezuela
La lucha armada librada en Venezuela
durante los años 60 del siglo XX, fue entre otras cosas una expresión de
rebeldía, de lucha, de confrontación de una generación que se enfrentó a un
modelo societal instaurado en Venezuela por Rómulo Betancourt cuyas directrices
políticas sociales, económicas y culturales estuvieron alineadas a las
políticas emanadas desde el Departamento de Estado Norteamericano.
Así como en el siglo XVI, nuestros
guerreros indígenas se sublevaron contra el imperio español, ya que éste
trastocó, alteró y modificó su religión, sus relaciones de producción, su
cultura, en fin su cosmovisión; durante los años, (1960-1969), se libró una
lucha cruenta en estas tierras, la mismas de Cayaurima y Guaicaipuro, esta vez
no contra el otrora imperio, España, sino contra Estados Unidos.
Nuestros jóvenes apelaron a la guerrilla,
se fueron a las montañas para resistir la represión feroz del gobierno de
Betancourt y sus sucesores en Miraflores. Muchos de ellos se inmolaron contra
las acciones entreguistas de Rómulo Betancourt, Raúl Leoni y Rafael Caldera, a
las empresas transnacionales. Expoliación en el siglo XVI, expoliación en el
siglo XX. Ambos imperios no sólo saquearon nuestras riquezas, sino que
usufructuaron la fuerza de trabajo de millones de hombres y mujeres condenados
a vivir en la miseria, condenados a vivir bajo el signo de la explotación, de
la dominación.
La Guerra de Guerrillas, el espionaje, el
contraespionaje, el correaje, entre otras, fueron tácticas utilizadas por
nuestros aborígenes para sorprender a los invasores. Siglos más tardes,
nuestros guerrilleros acudieron a mecanismos similares para sorprender al
enemigo. Ambos acontecimientos demostraron que la lucha contra cualquier
invasor siempre va a ser justa, necesaria y libertaria, que los pueblos pueden
hacerla y que además hay hombres y mujeres con dignidad, valor y entereza. Que
no hay pueblo vencido y que siempre va a estar presente el espíritu
indoblegable y rebelde capaz de enfrentarse a cualquier imperio. Tanto ayer
como hoy, eso quedó demostrado. Barack Hussein Obama, ignora que casi un siglo
costó a los españoles imponer su dominio sobre estas tierras, somos herencia
Caribe y jamás nos doblegamos contra imperio alguno.
Miguel Espinoza
Frente Antiimperialista Juan Chacón Lanza
Frente Antiimperialista Juan Chacón Lanza
miguelespinoza1783@gmail.com
Fuente:
www.aporrea.org
www.aporrea.org
22/05/15
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