El 25 de agosto de 2016 celebramos con
mucho ánimo y con un profundo agradecimiento, el Octavo Aniversario de nuestra
Aldea de Encuentro.
En medio de esta crisis económica tan
profunda a la que nos han sometido los empresarios encargados de empaquetar
alimentos y de importar productos de higiene y limpieza, celebramos la vida.
Porque hemos entendido que la comida no lo es todo, necesitamos del soporte espiritual
que nos proveemos entre humanas y humanos.
La fe, la esperanza
como parte de nuestra construcción nos anima, nos da vida. Aunque en nuestra
Aldea nos falte el alimento material diario, el amor, la amistad son nuestra
red de amor para luchar contra el monstruo neoliberal que las grandes
corporaciones han creado y que muchas personas desde su ingenuidad apoyan.Ese jueves, compartimos un rico funchi con sabor a hallaca que nuestras hermanas y camaradas Cira Delia y Marina de León, prepararon con mucho cariño, pero primero fueron a los diferentes mercados a comprar sus ingredientes; tomamos una saborsa crema de auyama que cocinaron Sorena, Luisa y Mariíta con la auyama que de su siembra nos trajo nuestra camarada Alicia García; todo acompañado del sabroso papelón con limón y una rica gelatina, igualmente preparados por esas manos milagrosas de esas tres mujeres que siempre están dispuestas a darse. Y bailamos para seguir festejando, con sencillez, la vida.
Y también quienes así lo quisieron jugaron dominó.
Mientras otras y otras no pararon de bailar
En compañía de Lissandrelys, la Coordinadora Encargada, mientras María Consuelo está de vacaciones.
Nuestra Luisa y nuestra Sorena siempre tan dispuestas a servir. Ejemplares trabajadoras
Al igual que nuestra Mariíta.
Compartimos el amor que es sencillo, lleno de contenido como todo lo que hacemos en nuesta República Bolivariana de Venezuela.
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