sábado, 22 de diciembre de 2018

Rodríguez: un fantasma revolucionario que recorre nuestra América 2 (Autor: Alí Rojas)




La crítica es el alma de la sociedad
Para  Marx  “el  arma  de  la  crítica  no puede reemplazar la crítica de las armas”.  Para  Rodríguez  “el  alma  de  la sociedad es la crítica”.
En Crítica  de  las  providencias  del gobierno escribe que este debe estar persuadido “de que sólo quien tenga ideas  sociales  y  diccionario  social, entenderá bien la Crítica de sus Providencias”.
Más adelante explica por qué escribió este tratado: “¡Como hombre!, no como  peruano  escribo sobre  la  sociedad: esta está donde hay hombres reunidos: cada  hombre  es  individuo del género y el que se interesa por el bien  de  todos  es  miembro  nato  del 
Congreso universal, sin más elección que la de su voluntad: el deber que se impone prueba amor a sus semejantes,  y  el  esmero  con  que  lo  desempeña hace honor a sus sentimientos”.
Valor de uso y valor de cambio
El valor de uso es la capacidad de un objeto  para  satisfacer  necesidades  humanas. Solo toma cuerpo cuando el objeto presta utilidad en el momento  del  consumo.  Marx  afirma  que  el  valor de uso de un objeto es la materialidad del mismo. El valor de cambio es  una  medida  cuantitativa  determinada por el tiempo de trabajo socialmente   necesario  para   producirlas. Para Marx el valor de cambio es tan solo la “forma fenomenal” bajo la cual se oculta el valor mismo. Para Rodríguez  los  tributos  o “arbitrios  deben  tomarse sobre el empleo de las fuerzas, no sobre el valor de las   cosas,   porque las  cosas  no  valen sino por las fuerzas que  se  emplean en ellas, para hacerlas producir”.
La división social del trabajo
La insistencia de Marx y Engels en la necesidad de que el  trabajo intelectual  (educación)  y  el  trabajo  material (productividad)  no  estén  divorciados se sustenta dentro de la crítica general que ambos hacen a la división del trabajo,  porque  ésta  se  convierte en verdadera  división  desde  el  momento en que se separa el trabajo mental y material y el fruto de la división del trabajo  es  la  persona  unilateral, que solo  sirve  mientras  se  le  mantiene enclaustrado en la parcela donde labora.
En Extracto sucinto de la obra Educación Republicana  (1849), Rodríguez  escribe  que  “la  división  de  trabajos, en la confección de las obras, embrutece a los obreros, y si por tener tijeras superfinas y baratas hemos de  reducir  al  estado  de  máquinas  a los  que  las  hacen,  más  valdría  cortarnos  las  uñas  con  los  dientes”.  En Consejos de Amigo dados al Colegio de Latacunga (1845) expresa que “ni fuerzas ni tiempo  alcanzan,  al  pobre obrero, para ganarse el pan”.
Los medios de producción
En la causa social de Rodríguez y en el socialismo de Marx los medios de producción  no  pueden  pertenecer  a  los  capitalistas  (empresarios)  sino  a  la  clase  proletaria,  porque  es  ésta  la  que posee la fuerza de trabajo capaz de hacer que tales medios produzcan bienes y servicios. Para ellos hay que cercenar  la  explotación  del  hombre por el hombre, de manera que el excedente de la producción retorne íntegramente a los trabajadores.
Para Marx el obrero es solo un medio  que  utilizan  los  capitalistas  para reproducirse  como  clase.  Para  Simón Rodríguez el capitalismo es una enfermedad  producida  por  “una  sed  insaciable  de  riqueza”.  En  1842,  en Sociedades americanas, expone que los amos de las grandes empresas de producción cuentan con hábiles abogados que refrendan el robo de la plusvalía obrera porque “el deseo de enriquecerse ha hecho todos los medios legítimos y todos los procedimientos legales; no hay cálculo ni término en la Industria, el egoísmo es el espíritu de los negocios”.
Para Rodríguez estos propietarios se distinguen “por conocimientos ajenos del arte de vivir, conocimientos que en nada contribuyen al bienestar social. Todo lo que saben rueda sobre la Administración, o sobre el curso de negocios establecidos, y estos negocios son, en suma, el aumento de comodidad de las clases ya acomodadas”.
Las grandes empresas deben ser nacionalizadas ya que “sólo al gobierno toca dirigir los establecimientos industriales porque sólo él debe considerar las conveniencias económicas, civiles, morales y políticas de la Industria, y la condición de los territorios productores”. De allí que “saber sus obligaciones sociales es el primer deber de un Republicano, y la primera de sus obligaciones es vivir de una industria que no le perjudique, ni perjudique a otro”.
Marx distingue dos sentidos de medios de producción. En uno, estricto, están las máquinas o accesorios con los cuales se trabaja, y en un sentido amplio las condiciones materiales que intervienen indirecta aunque indispensablemente en el proceso de transformación, como, por ejemplo, el suelo, los canales y las rutas marítimas y terrestres.
Rodríguez y Marx son obreros del pensamiento que hicieron de la compasión base de la causa social y el socialismo. Para Rodríguez “es menester ser muy sensible para convertir el mal ajeno en propio”. Rodríguez veía en los niños pobres la futura dirigencia y la clase obrera emancipada. Por esto criticaba severamente que “entre patriotas no hay uno que ponga los ojos en los niños pobres. No obstante, en estos está la industria que piden, la riqueza que desean, la milicia que necesitan, en una palabra, la ¡Patria!”.

Alí Rojas Olaya
Fuente: Memorias de Venezuela
N° 60, Octubre 2018
 


viernes, 21 de diciembre de 2018

Rodríguez: un fantasma revolucionario que recorre nuestra América 1 (Autor: Alí Rojas)




En   2017   celebramos   el   centenario  de  la  Revolución  Bolchevique  y  los  150  años  de  la  publicación  del  primer  volumen  de  El  capital,  de  Karl  Marx.  Este  año [2018]  el  mundo celebra el bicentenario del nacimiento  de  este  filósofo  alemán  así  como los 175 años de la publicación de sus obras Crítica de la filosofía del derecho de Hegel  y Sobre la cuestión judía,  y  los  170  años  de  la  primera  edición   del   Manifiesto   Comunista, escrito  conjuntamente  con  Friedrich Engels. 2019 será el año en que celebremos los 20 años de la Revolución Bolivariana,  la  primera  del  siglo  XXI, 
y los 250 años del nacimiento de Simón  Rodríguez,  raíz  fundamental  de  ésta y a quien el Libertador sigue llamando “el hombre más extraordinario del mundo”.

Datos comparados
El 28 de octubre de 1769 nace Simón Rodríguez  en  Caracas,  provincia  de  Venezuela, Reino de España. El 5 de mayo de 1818 nace Karl Marx en Tréveris (Trier), Renania, Reino de Prusia. Rodríguez  es  expósito,  es  decir,  fue  abandonado al nacer.
Lo acogen Alejandro Carreño y Rosalía  Rodríguez.  Los  padres  de  Karl  son  Heinrich  Marx  y  Henriette  Presburg.  Rodríguez  escribe  su  primer  libro, Reflexiones  sobre  los  defectos  que  vician  la  Escuela  de  Primeras Letras en Caracas y medios para lograr  su  reforma  por  un  Nuevo  Establecimiento en 1794, a la edad de 24 años. Marx escribe su primer trabajo a los 18 años, la comedia inconclusa Escorpión y Félix (1837).
Rodríguez no puede estudiar en la Real y Pontificia Universidad de Caracas por ser expósito. Marx se gradúa de  doctor  en  filosofía  en  1841  en  la  Universidad Humboldt, de Berlín, con la tesis Diferencia entre la filosofía de la  naturaleza  de  Demócrito  y  la  de  Epicuro .  Rodríguez  se  casa  a  los  24  años (1793) con María de los Santos Ronco  en  la  parroquia  de  Altagracia  de  Caracas.  (En  la  Catedral  solo  se  casaban  los  mantuanos).  Más  tarde se casará con la boliviana aimara Manuela  Gómez.  Marx  se  casa  con Jenny von Westphalen en 1843, a los 25 años.
Rodríguez  se  exilia  26  años  entre Jamaica,  Estados  Unidos  y  Europa,  entre 1797 y 1823, por participar junto a Joaquina Sánchez, Manuel Gual, José  María  España,  Isabel  Gómez  (madre de Manuel Piar) y Juan Bautista  Picornell,  entre  otras  personalidades, en la Insurrección de La Guaira, “Cuna  de  la  Revolución  Americana”,  como  la  llama  Arístides  Rojas.  Marx se  exilió  en  Bruselas  en  1845  y  en  1849 en Londres. En la ciudad belga se convirtió en una figura clave de la Liga de los Comunistas. En la capital inglesa  propone  la  Primera  Internacional Socialista.
El   venezolano   publica   a   los   59  años   su   obra   capital, Sociedades americanas,  en  1828;  a  los  49  años  el  alemán  publica  el  volumen  uno de El  capital.   Rodríguez  publica  su  obra  en  Caracas,  Guayaquil,  Puno,  Chuquisaca,   Cochabamba,   Oruro, Arequipa,  Lima,  Concepción,  Trilaleubu,  Monteblanco,  Tucapel,  Valparaíso,  Latacunga,  Túquerres,  Bogotá y  Guayaquil,  es  decir,  en  la  periferia  epistémica.  Marx  publica  en  Berlín, Londres, París, Nueva York, léase, en el centro epistémico. Rodríguez muere en Amotape, Perú, el 28 de febrero de  1854  a  los  84  años.  Marx  muere en Londres el 14 de marzo de 1883, a los 64 años.
El rol de los filósofos
En  la  tesis  once  sobre  Feuerbach (1845)  Marx  escribe:  “los  filósofos no  han  hecho  más  que  interpretar el mundo, pero de lo que se trata es de  transformarlo”.  Esta  transformación  caracteriza  toda  la  praxis  rodrigueana.  En Sociedades  americanas (1828)  Rodríguez  escribe:  “algunos  filósofos  (de  los  pocos  que  gustan aplicarse  a  hacer  lo  que  aconsejan), asociándose  a  gente  emprendedora, empezaron hace poco un camino nuevo  sobre  planes  en  parte  dados, en parte propios. Apenas han podido abrirse  paso  por  entre  breñas  –han avanzado  poco–  y  la  gente  empieza  a desmayar”.
En Luces y virtudes sociales (1840) Rodríguez dice: “sólo los filósofos saben anteponer el mérito de las cosas a  sus  gustos,  a  sus  afectos  y  a  sus pasiones porque su genio es la exactitud”.  En Crítica  de  las  providencias del gobierno (1843) Rodríguez afirma que la “filosofía es amar a la sabiduría. Es conocer las cosas y conocernos, para reglar nuestra conducta por las leyes de la naturaleza”.
Desde una posición topofílica (amor al terruño), explica que “la flosofía no intenta despojar, de sus propiedades, a los actuales poseedores (sean cuales  fueren  sus  títulos);  pretende,  sí, asignar a los nativos una parte de los Campos Baldíos, que los Congresos [por  error  disculpable]  ofrecen,  de preferencia, a hombres situados a mil y más leguas de distancias”.
Esta es la razón por la cual “los filósofos saben que los hombres condenados  a  la  miseria por  la  casualidad del nacimiento, son instrumentos de desorden, por necesidad”, afirma Rodríguez,  y  agrega  que  “en  esos campos  desiertos  extendería  el  desgraciado,  la  Esfera  de  actividad  que sus  necesidades  le  trazaran  [esfera reducida  en  el  día...  con  muy  corta diferencia...  a  la  que  se  concede  a  una planta] y contento con su propiedad la poseería, sin pensar jamás [si se le enseñaba a vivir socialmente] en usurpar la de un vecino que conocería, tan bien como él, el derecho con que poseía”.
Alí Rojas Olaya
Fuente: Memorias de Venezuela. N° 60,
Octubre 2018

jueves, 20 de diciembre de 2018

Sobre la balcanización de Latinoamérica (autor Alfredo Serrano)



A continuación presentamos este interesante y actual ensayo del economista Dr. Alfredo Serrano Mancilla, quien es en estos momentos director ejecutivo del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG) y asesor de Telesur. Entre sus obras escritas se destacan: América Latina en disputa y El pensamiento político de Hugo Chávez.

“El nuevo presidente de Colombia, Iván Duque, ha manifestado que no está dispuesto a seguir acudiendo a las rondas de negociaciones de la Alianza del Pacífico. Por su parte, Argentina ha solicitado la anulación de la decisión 32/00 del Mercosur que prohíbe a sus países miembros firmar nuevos acuerdos comerciales por sí solos. Si gana Bolsonaro, seguramente Brasil tomará el mismo camino: salirse de Mercosur. Y otro caso parecido es el de Ecuador, que ha abandonado hace muy poco el ALBA. No son situaciones aisladas. Se trata de un fenómeno cada vez más robusto que está teniendo lugar en Latinoamérica en esta nueva época. Cada quien abandona la vía de integrarse a través de un bloque y, por el contrario, transita hacia una nueva forma de relacionarse con el mundo: una suerte de “sálvese quien pueda”, de modo individual.

Ha pasado una década desde que el mundo tambalease luego del crash financiero del 2008. Desde entonces, muchas cosas han cambiado en clave geoeconómica. Se ha transformado el mundo financiero en todas sus dimensiones, reconcentrándose la banca, y los grandes se comieron a los chicos. Además, estamos viviendo un proceso de exceso de liquidez global debido a que Estados Unidos y la Unión Europea llevaron a cabo la “gran emisión monetaria” en estos años. En consecuencia, para darle salida a esa nueva masa monetaria, el endeudamiento global crece. El mundo está un 12% más endeudado que hace una década.

Al mismo tiempo, en el plano de la economía real, la productividad sigue en descenso y el comercio crece a tasas muy bajas. Estamos ante un prolongado proceso de contracción en el que la tasa de crecimiento no logra alcanzar los niveles precrisis. Y las predicciones no son mucho mejores: el último informe de la OCDE (The long view: scenarios for the world economy to 2060) considera que la tasa de crecimiento del PIB real estará cercana al 2% para el año 2060.

Esta metamorfosis también se nota en el reordenamiento de los países en cuanto a su importancia económica. Los llamados emergentes, de hecho, ya emergidos, cobran cada día más protagonismo. Tanto es así que el citado informe de la OCDE pronostica que el centro de gravedad de la economía mundial se seguirá desplazando de Norteamérica y Europa hacia el continente asiático. China, India e Indonesia serán clave en este movimiento, así como Rusia, Turquía, Sudáfrica y Corea del Sur.

Nada es como antes: ni el resultado del Brexit, ni la llegada de Trump a la Presidencia; tampoco todo lo ocurrido en Latinoamérica. Ha habido importantes cambios de gobierno que representan giros políticos y geopolíticos. El escenario regional ha mutado mucho en estos años, y esto tiene sus secuelas en el comportamiento de integración en el mundo. Se está sustituyendo progresivamente la fórmula de asociarse en bloque por la de la vía individual, aplicando un criterio darwinista para sobrevivir en un clima global adverso. Cada vez hay menos patrones comunes en los bloques conformados para relacionarse hacia afuera. Cada quien “se lo guisa y se lo come”: se busca lograr acuerdos comerciales con el país que lo permite, intentando aprovechar algunas ventajas comparativas, obtener inversiones productivas -dadas las potencialidades nacionales y el interés externo- y conseguir financiación como buenamente se pueda.

Estamos, por tanto, ante un nuevo fenómeno de menor homogeneidad en la forma en que los miembros de un bloque se relacionan con los países del exterior. Cada uno negocia por sí solo, y lo que pareciera una ventaja en el corto plazo, a la postre puede ser un gran inconveniente porque se pierde fuerza en la capacidad de negociación con las grandes potencias.

Y es así como el marco dominante de “necesidad en adversidad” está forzando a cambiar la lógica de inserción, provocándose un reordenamiento geopolítico de gran magnitud en Latinoamérica. Este viraje será determinante para los años venideros a la hora de comprender con mayor claridad cómo la región se transforma al interior y en su relación con el exterior.

Todo se resumen en esta frase: la balcanización de Latinoamérica es un nuevo rasgo característico de la actual geopolítica en disputa. Y eso se nota cada vez más en casi todos los espacios de integración: Mercosur, Alianza del Pacífico, Unasur y ALBA.”
Alfredo Serrano Mancilla
Fuente: https://www.celag.org/sobre-balcanizacion-latinoamerica/

miércoles, 19 de diciembre de 2018

Hiperinflación, arma imperial (Autora Pascualina Curcio)


El ataque a la moneda es un arma de larga data. Forma parte del arsenal en las guerras no convencionales. De todas, es la más poderosa. Y como toda arma masiva, no discrimina.
Al manipular el valor de las monedas y “depreciarlas”, encarecen todos los bienes importados, sean éstos insumos para la producción o para el consumo final.
Las estructuras de costos se modifican y con ellas los precios de todos los bienes y servicios de la economía. El objetivo del ataque es desencadenar la hiperinflación.
El aumento de los precios en más de 50% mensual, que es como se define la hiperinflación, tiene efectos devastadores: pulveriza el salario; contrae la producción; hace insuficiente el presupuesto público de gastos generando déficits fiscales; escasea
el efectivo; estimula el acaparamiento; y por si fuera poco, la brecha cambiaria que se genera cuando manipulan la moneda, incentiva el contrabando de extracción.
El arma actúa psicológicamente sobre las expectativas de los agentes económicos quienes al observar continuas depreciaciones de la moneda, adaptan sus decisiones referenciándose, cada vez más, en ese tipo de cambio para marcar todos los precios.
Históricamente esta arma ha sido utilizada por el imperialismo con dos objetivos:
1) Derrocar gobiernos que representan una amenaza inusual y extraordinaria para la hegemonía de los grandes capitales, por ejemplo, los países europeos entre las guerras mundiales, siendo Weimar un ejemplo representativo; Nicaragua, 1988; Zimbabwe, 2008; Venezuela hoy.
2) Dolarizar: práctica de neo colonización que busca perpetuar la dependencia económica. Entre muchos, figuran Ecuador, 1999 y Argentina, 1990. No olvidemos que los dueños del dólar, no son el gobierno norteamericano ni mucho menos su pueblo. Los propietarios de la Reserva Federal son 8 magnates.
Hoy nuevamente accionan su principal arma. Los blancos son las monedas y los pueblos de Venezuela, Yemen, Irán, Turquía, Argentina y, quizás pronto, Brasil. En nuestro país, el ataque al bolívar ha sido 318.860.365% desde el 2013.
Las demostraciones teóricas y empíricas de lo aquí escrito están en el libro Hiperinflación. Arma imperial. •

Pascualina Curcio
Fuente: Cuatro F, Año 4 Nº  191
1 diciembre 2018

  MENSAJE  DEL  PAPA FRANCISCO EN DICIEMBRE DE 2023  “el Príncipe de la Paz sigue siendo rechazado por la lógica perdedora de la guerra, con...