Las
noticias que llegaban a diario en la residencia estudiantil eran tan
preocupantes, que sólo pensaba en el momento de regresar para saber si tales
especulaciones o verdades, resultaban ser ciertas y hasta qué grado.
Porque, en España la prensa es tan banal, exagerada, destructiva y no
cesa de mentir hasta ver de rodillas a aquellas y a aquellos que son señalados
por la medios encargados de transmitir la información.
Minerva,
se queda dormida.
Luego
de haber dormitado un poco. Comienza a recordar. Se ve a los 4 años, y su
hermana mayor Lucy le enseña las letras y a leer. Recordó aquel Simón Bolívar
en la columna de su casa, vio en sus evocaciones, aquel reloj de números
grandes que estaba en su casa. De repente recuerda, las melcochas que hacía
Lucy y que vendía con su hermano José a la puerta de su casa. Hace una mueca de
sonrisa, y se ve niña bailando twist, y la gente alrededor de ella y sus
hermanos.
Se
dice a sí misma, el mérito de su madre, criar a tres niños siendo viuda.
Dándoles una formación con valores sólidos en humanismo y valores patrióticos.
De
repente recuerda, aquel trágico accidente. Dónde fue atropellada por un carro,
y estuvo hospitalizada por cuarenta y cinco días, en estado de inconciencia. Su recuperación y
lo tremenda que fue cuando niña. Los éxitos escolares que obtenía desde niña.
Se vio en el pupitre en primer año y recordó su primer día en el Liceo donde fue
zonificada, la primera materia que tuvo ese día fue inglés, y recordó que no
entendió nada en absoluto.
Pero,
en el transcurso del año escolar logró alcanzar las metas que se esperaban de
ella. Se vio en la Iglesia donde asistían su mamá, Lucy, Joseíto y ella los
domingos. Creció en un ambiente evangélico bajo enseñanzas bíblicas. (Esta
historia continuará)
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