Padre Eterno, creador, bendito, maravilloso, lleno de amor y bondad, venimos
ante tí llenas y llenos de angustia y
preocupación por nuestra nación y nuestro Presidente ante las amenazas
que constantemente nos hacen, los impíos, los desleales,
los llenos de odio, maldad y perversión; los prevaricadores
de siempre.
Clamamos por sus amenazas, donde hijos de
maldad, sin importar las acciones bien realizadas a un pueblo que siempre
careció de justicia social, por parte de los mandatarios, estos seres
llenos de maldad hicieron pública los deseos de sus perversos y pervertidos
corazones de acabar con la vida de nuestro presidente, por lo tanto con
esa autoridad que nos ha dado no solo en la tierra sino también en
el cielo, ponemos la armadura de protección al Presidente, a su gabinete en
totalidad, le ponemos el escudo de salvación con el cual podrá y obtendrá
nuevas fuerzas, para resistir los conflictos y pasiones externas e internas, le
colocamos la espada que es la palabra de su boca, con la cual podrá
destrozar las ambiciones de esas malandras y esos malandros del siglo
xxi.
Le ponemos los zapatos del evangelio de la paz y la justicia
social. Todo esto lo pedimos creyendo que ha sido hecho. En el nombre que
nos fue ordenado pedir, el nombre de nuestro señor Jesucristo, a
quién amamos, servimos y creemos incondicionalmente. Damos también
acciones de gracias sabiendo y creyendo en fe con toda
nuestra mente y corazón que hecho está. Amén y amén
Vivimos venciendo
Amén y amén
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